|
Once años del asesinato de Isidro Segundo Gil Gil |
|
Colombia, Carepa, Uraba Antioqueño. Transcurrían las 10.15 de la mañana del 5 de diciembre de 1986 cuando fue asesinado dentro de las instalaciones de la planta de Coca Cola el compañero Isidro. Era una muerte anunciada; Ariosto Milán Mosquera, gerente de la planta, había expresado días antes en un bar del municipio bananero, que recurriría a este medio si era necesario para evitar que el sindicato continuara exigiendo derechos para los trabajadores. Isidro era un negociador del pliego presentado por el sindicato. El mismo día:
11 a.m. Martín Emilio Gil, hermano de Isidro, salió de Carepa al enterarse de que lo buscaban para asesinarlo.
2 p.m., a 500 metros de la planta fue secuestrado Luís Adolfo Cardona Usma. Logró huir y hoy se encuentra desterrado de su tierra. 12 p.m. fue asaltada, saqueada e incendiada la sede del sindicato.
6 de diciembre:
2 p.m. fueron secuestrados Hernán Manco Monroy, Mateo Arboleda, Albeiro Gómez y Miguel Muñoz. Los amenazaron con asesinarlos si no renunciaban al sindicato y a la convención colectiva de trabajo. A raíz de esta amenaza fueron desterrados 7 dirigentes sindicales de la región. Transcurridos pocos días, Coca Cola los despidió por abandono del puesto de trabajo.
12 de diciembre:
8.30 a.m. hombres armados ingresaron a la Planta, reunieron los trabajadores, los amenazaron de muerte y los obligaron a renunciar al sindicato.
Así fueron los últimos días de Sinaltrainal en esta planta de Coca Cola. Meses atrás, habían sido asesinados otros 3 trabajadores, 13 habían sido desterrados y 11 despedidos.
El 18 de noviembre de 2000, fue asesinada en Apartado Alcira Del Carmen Herrera Pérez, esposa de Isidro.
Todos estos crímenes fueron cometidos por los paramilitares, con el apoyo de la Brigada XVII al mando del General Rito Alejo del Río, el beneplácito del gobernador de Antioquia Álvaro Uribe Vélez y el consentimiento del estado colombiano. El UNICO beneficiario, la transnacional Coca Cola; Sinaltrainal fue aniquilado, la convención colectiva destruida y los trabajadores sumidos en el terror, la precarización y la miseria.
Once años después la verdad no ha salido a la luz pública, ni hay detenidos; los responsables continúan como si nada hubiera pasado. La impunidad se pasea a lo largo y ancho del país. Los mismos paramilitares, hoy con el alias de "águilas negras" siguen amenazando de muerte a los dirigentes de Sinaltrainal, especialmente a los trabajadores de Coca Cola.
Con el asesinato de Héctor Daniel Useche Beron, trabajador de Nestlé, ocurrida el 22 de julio de 1986, se iniciaría una larga lista (22) de crímenes contra Sinaltrainal. Todo este terror ha logrado de alguna manera su propósito, debilitar la organización, precarizar los trabajadores e incrementar excesivamente las utilidades de las transnacionales.
Este recorrido de muerte ejecutado por el terrorismo de estado, nos recuerda otro hecho doloroso ocurrido en Cienaga Magdalena, la masacre de las bananeras. 6 de diciembre de 1928, miles de obreros agroalimentarios fueron asesinados por el ejercito nacional al mando del general de la república Carlos Cortes Vargas, el beneplácito del presidente Miguel Abadía Méndez y en beneficio de la transnacional United Fruit Company; la misma que hoy con el nombre de Chiquita Brands, financia paramilitares, contrabandea armas con destino a los mismos terroristas y corrompe instituciones del estado; se enriquece a costa de la explotación y muerte de los obreros y del saqueo de nuestros recursos naturales.
Todos estos crímenes, los de ayer y los de hoy se mantienen en la impunidad, ésta ha sido una política de estado. En estos tiempos de seguridad democrática, de estado comunitario y de ley de justicia y paz, los asesinos son indultados, sus ideólogos condecorados y las transnacionales premiadas con el no pago de impuestos y la entrega de más recursos naturales de los colombianos.
Ante tanta impunidad, estos crímenes contra la humanidad vienen siendo juzgados por el Tribunal Permanente de los Pueblos. No renunciamos a que se conozca la verdad, a que haya justicia y reparación para las víctimas. Demandamos que estos hechos no se vuelvan a cometer y exigimos de las empresas que cambien su política de terror y de muerte.
Nos queda una gran tarea. Reconstruir la organización, lograr la movilización y fortalecer la lucha como única herramienta de exigibilidad para que los derechos humanos sean respetados y podamos alcanzar el bienestar.
Por paz, democracia, bienestar, soberanía nacional e integración latinoamericana. Movilización y lucha popular.
Por que amo la vida. no consumo coca cola
Por que financia la muerte.no consumo coca cola
No consumo coca cola.no financio la guerra
Para que Nestlé respete la vida y la soberanía alimentaria.
Campaña mundial contra la política de las transnacionales.
No al perdón y a la concertación.si a la movilización y lucha popular.
Área Internacional
Sinaltrainal - Colombia
Diciembre 6 de 2007
|
|